La atracciуn de Suzannah hacia el hombre de San Francisco

Para Suzannah, dedicarse a la asistencia social fue tan inevitable como su atracciуn hacia los hombres que parecнan necesitar su consuelo y su aliento. El primer indicio que ella tuvo de este nuevo hombre fue que el dinero era un problema para йl. Cuando lo advirtiу y pagу su propio jugo, ambos intercambiaron informaciуn vital: йl le hizo saber que estaba un poco necesitado, y ella respondiу pagando lo suyo y protegiendo los sentimientos de йl. Ese tema central- el hecho de que a йl le faltaba y ella tenнa suficiente para ambos-se repitiу en su cita, cuando ella pagу la cena. Problemas de dinero, problemas sexuales, problemas con la intimidad: los mismos indicios que deberнan haber sido advertencias para Suzannah, dado su historial de relaciones con hombres necesitados y dependientes, fueron en cambio las seсales que la atrajeron, pues despertaron su interйs de proporcionar cuidados y atenciones. Fue muy difнcil ignorar lo que para ella era un “anzuelo” poderoso: un hombre que no estaba del todo bien, pero que, segъn parecнa, con su ayuda y atenciуn podнa llegar a ser algo especial. Suzannah no fue capaz de preguntar, al principio: “їQuй hay en esto para mi?”, pero, como estaba en un proceso de recuperaciуn, finalmente pudo evaluar bajo una luz realista lo que estaba ocurriendo. Por primera vez, prestу atenciуn a lo que ella obtenнa de la relaciуn, en lugar de concentrarse por completo en cуmo podrнa ayudar a aquel hombre necesitado.

Es obvio que cada una de las mujeres de quienes hemos hablado encontrу un hombre que le presentaba la clase de desafнo que ella ya habнa conocido y que, por consiguiente, era alguien con quien podнa sentirse cуmoda, sentirse ella misma, pero es importante entender que ninguna de estas mujeres reconociу lo que la atraнa. De haber existido esa comprensiуn, tambiйn habrнa habido una elecciуn mбs consciente respecto de entrar o no en una situaciуn que constituнa tal desafнo. Muchas veces creemos que nos atraen cualidades que parecen ser lo opuesto a las que poseнan nuestros padres. Arleen, por ejemplo, al verse atraнda por un hombre bisexual mucho mбs joven que ella, de contextura menuda y nada agresivo fнsicamente hacia ella, sintiу conscientemente que estarнa a salvo con un hombre que, casi con certeza, no repetirнa el patrуn de violencia de su padre.

Pero la lucha menos consciente por convertirlo en lo que no era, por permanecer en una situaciуn que desde el comienzo obviamente no satisfarнa su necesidad de amor y seguridad, fue el elemento incitante en el desarrollo de una relaciуn con йl, y eso hizo que le resultara tan difнcil abandonar a Ellis y al desafнo que йl representaba.

Mбs tortuoso aъn, pero igualmente comъn, es lo ocurrido entre Mary, la estudiante de arte, y su misуgino violento. En su primera conversaciуn estuvieron presentes todos los indicios acerca de quiйn era йl y de su forma de sentir, pero la necesidad de Mary de aceptar el desafнo que йl representaba era tan grande que, en lugar de verlo como peligrosamente irascible y agresivo, lo percibiу como una vнctima indefensa que necesitaba comprensiуn. Yo me atreverнa a suponer que no todas las mujeres que conocieran a ese hombre lo verнan asн. La mayorнa tratarнa de apartarse de йl y de sus actitudes, pero Mary distorsionу lo que veнa, debido a la intensidad de su impulso de relacionarse con ese hombre y con todo lo que йl representaba.

Una vez iniciadas, їpor quй resulta tan difнcil poner fin a estas relaciones, dejar a esa persona que nos estб arrastrando por todos los pasos dolorosos de esa danza destructiva? Hay una regla empнrica que dice asн: cuanto mбs difнcil es poner fin a una relaciуn que es mala para nosotros, mбs elementos de nuestra lucha infantil contiene. Cuando amamos demasiado es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niсez, y darse por vencido es renunciar a una valiosнsima oportunidad; de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal.

Si bien estos son los fundamentos psicolуgicos inconscientes que explican nuestro impulso de estar con йl a pesar del dolor, hacen poca justicia a la intensidad de nuestra experiencia consciente.

Serнa difнcil exagerar la pura carga emocional que este tipo de relaciуn, una vez iniciada, acarrea para la mujer involucrada. Cuando ella intenta separarse de la relaciуn con el hombre a quien ama demasiado, siente como si miles de voltios de energнa dolorosa fluyeran a toda velocidad y salieran por los extremos cercenados de los mismos. La antigua sensaciуn de vacнo renace y se arremolina a su alrededor, arrastrбndola hacia el lugar donde aъn pervive su terror infantil a estar sola, y ella estб segura de que se ahogarб en el dolor.

Esta clase de carga-las chispas, la atracciуn, el impulso de estar con esa otra persona y de hacer que la relaciуn funcione- no estб presente en la misma medida en las relaciones mбs saludables y satisfactorias, porque no representan todas las posibilidades de saldar viejas cuentas y de prevalecer sobre lo que alguna vez fue abrumador. Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobaciуn reprimida es lo que, para las mujeres que aman demasiado, constituye la atracciуn inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.

Es tambiйn por eso que, cuando entran en nuestra vida hombres que se interesan por nuestro bienestar, nuestra felicidad y nuestra realizaciуn personal y que presentan la verdadera posibilidad de una relaciуn sana, por lo general no nos interesan. Y no nos equivoquemos; esa clase de hombres sн entran en nuestra vida. Cada una de mis pacientes que ha amado demasiado ha podido recordar por lo menos a uno, y a menudo a varios hombres que describieron como “ realmente agradables…tan amables…de verdad se preocupaban por mн..”

Entonces, por lo general, viene la sonrisa irуnica y la pregunta: ”їPorquй no me quedй con йl?”. A menudo ella es capaz de responder a su propia pregunta enseguida: “Por alguna razуn nunca me entusiasmу tanto. Supongo que es demasiado agradable, їno?”

Una respuesta mejor serнa que las acciones de йl y nuestras reacciones, sus movimientos y aquellos con que nosotros los correspondimos, no conformaban un dъo perfecto. Si bien estar en compaснa de йl puede resultarnos agradable, sedante e interesante, nos cuesta considerar esa relaciуn como algo importante y digno de desarrollarse en un nivel mбs serio. A los hombres asн los dejamos de inmediato o los ignoramos, o, en el mejor de los casos, los relegamos a la categorнa de “sуlo amigos”, porque no despertaron en nosotras los latidos intensos del corazуn ni el nudo en el estуmago que hemos llegado a llamar amor.

A veces estos hombres permanecen en la categorнa de “amigos” durante muchos aсos; se reъnen con nosotras de vez en cuando para beber algo y secar nuestras lбgrimas mientras les relatamos la ъltima traiciуn, ruptura o humillaciуn de nuestra relaciуn actual. Esa clase de hombres compasivos y comprensivos no nos pueden ofrecer el drama, el dolor o la tensiуn que nos parecen tan estimulantes y correctos. Eso se debe a que, para nosotras, lo que debiera hacernos sentir mal ha llegado a hacernos sentir bien y lo que debiera parecernos bueno ha llegado a parecernos extraсo, sospechoso e incуmodo. Hemos aprendido, a travйs de una prolongada y estrecha asociaciуn, a preferir el dolor. Un hombre mбs sano y cariсoso no puede tener un papel importante en nuestra vida hasta que aprendamos a liberarnos de la necesidad de revivir una y otra vez la vieja lucha.

Una mujer con antecedentes mбs saludables tiene reacciones, y por consiguiente, relaciones, que son muy distintas, porque la lucha y el sufrimiento no le resultan tan familiares, no integran en tanta medida su historia y, por lo tanto, no son cуmodos para ella. Si el hecho de estar con un hombre hace que se sienta incуmoda, herida, preocupada, decepcionada, enfadada, celosa, o le provoca algъn otro tipo de perturbaciуn emocional, ella lo experimentarб como desagradable y aversivo, algo que debe evitar en lugar de insistir. Por otro lado, sн insistirб con una relaciуn que le ofrezca cariсo, consuelo y compaсerismo porque eso la hace sentir bien. Se podrнa decir, sin temor a equivocarse, que la atracciуn entre dos personas que tienen la capacidad de crear una relaciуn gratificante sobre la base de un intercambio de respuestas sanas, si bien puede ser fuerte y excitante, nunca es tan apremiante como la atracciуn entre una mujer que ama demasiado y el hombre con quien puede “bailar”.

Capнtulo 6

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