Сдам Сам

ПОЛЕЗНОЕ


КАТЕГОРИИ







La ilusiуn del adulterio venal





La mutaciуn de las formas del deseo que revela, todavнa tнmida, la nueva sexualidad conyugal configura tambiйn de nuevo los comportamientos de la venalidad. La sed de refinamiento disgrega poco a poco el reglamentarismo. El albaсal de lo seminal desagrada. Numerosos clientes encuentran humillantes, incluso repugnantes, el muestrario vulgar de la carne desnuda y la docilidad animal de las chicas. La casa de barrio estб en crisis, con la excepciуn de algunas regiones de provincia muy alejadas donde la evoluciуn se retrasa a causa de la rigidez de las mentalidades tradicionales. La prostituciуn reglamentada sufre, ademбs, con toda su fuerza, la violenta campaсa de los abolicionistas, apoyados por la izquierda radical. Para sobrevivir, el burdel reglamentado habrб de satisfacer las nuevas exigencias de la clientela. En 1872, las viejas pensionistas de Chвteau-Gontier constatan con indignaciуn que las jуvenes aceptan en lo sucesivo la felaciуn, prohibida hasta entonces dentro de las casas.

Los grandes burdeles parisinos de fin de siglo manifiestan esta evoluciуn. Sabias escenificaciones olfativas, decorados suntuosos, reflejos en los espejos, profusiуn de alfombras y electricidad por todas partes renuevan las tбcticas de la voluptuosidad. En el interior de las grutas de Calipso o de los conventos del sadismo, hay ninfas o “religiosas” expertas que refinan sus caricias. Los cuadros vivientes hacen las delicias de los voyeurs. Йstos dispondrбn en adelante de discretos gabinetes, lejanos antepasados de las cabinas de live-show. Algunas casas se especializan. La divisiуn llevada a cabo por la sexologнa naciente ordena las nuevas configuraciones de la venalidad. Cada “perversiуn” contarб en lo sucesivo con sus respectivos especialistas y sus refugios privilegiados.

Paralelamente, las formas de prostituciуn se despliegan mбs de acuerdo con los nuevos deseos. Ya en tiempos de la monarquнa censataria, las bailarinas de la Уpera otorgaban ritualmente sus favores a los seсores respetables que aceptaban “entretenerlas”. Infinitamente mбs provocativas, las grandes cocottes de la fiesta imperial habнan impuesto el prestigio de la galanterнa. Luego, estas conductas se democratizan. El pequeсo-burguйs sueсa con pervertirse como un aristуcrata. Los caf’con’, los beuglants (cafйs cantantes), e incluso los bouis-bouis, le proporcionan esa ilusiуn. Estos nuevos establecimientos dan trabajo a un proletariado de pobres artistas, obligadas a venderse al caballero achispado, en la mullida intimidad de los gabinetes privados. Las verseuses (lit. “cafeteras”) de las cervecerнas servidas por chicas del Barrio Latino ofrecen a los estudiantes la ilusiуn amorosa y palнan la declinaciуn de la grisette.

Pero lo que responde mejor a la mutaciуn de las formas del deseo es la casa de citas, clandestina o cuando menos discreta; hasta el punto de que el prefecto Lйpine decide tolerarla a fin de poder vigilarla mejor. Regida por una dama de aspecto respetable, la casa de citas ocupa la planta noble de un inmueble de hermosa apariencia. Sуlo funciona durante el dнa. Las presentaciones se efectъan en el salуn, decorado con muebles acogedores. La mujer hacнa su apariciуn tocada con sombrero, arreglada como una buena burguesa. Y acepta, sin ninguna muestra de vulgaridad, juguetear despaciosamente en una alcoba de ambiente conyugal. Por supuesto, el regalo serб proporcionado. Los seсores decentes que frecuentan la casa van en busca del adulterio venal; les atrae la mujer del prуjimo, a la que se sentirнan sin duda incapaces de seducir en otras circunstancias. La casa de citas les proporciona la ilusiуn de la seducciуn mundana. La dueсa pretende, las mбs de las veces sin йxito, que las mujeres que frecuentan el salуn sean esposas respetables, lionnes (mujeres de aspecto elegante) pobres o sensuales frustradas. Con ocasiуn de un viaje a la gran ciudad, puede resultar tentador para el rentista de provincias acudir a divertirse en este teatro de sombras. En cualquier caso, la huida despuйs del pecado —esa terrible huida que obsesiona a Huysmans y a Maupassant— serб menos humillante que en medio de las luces del burdel.

La necesidad de reservarse cuando menos el simulacro del sentimiento y proporcionarse la posibilidad de un entendimiento voluptuoso recorre de arriba abajo la pirбmide social. A partir de 1880, la liberaciуn del consumo de bebidas permite la difusiуn de una venalidad de taberna menos humillante para el cliente —y para la muchacha— que las desnudeces del burdel. A partir de esta misma fecha, va a proliferar la prostituciуn llamada clandestina. La prostituta callejera se banaliza, se confunde con la muchedumbre de los bulevares; ademбs harб lo posible por salvar las apariencias, sobre todo cuando le imponga hбbilmente al pobre inocente la audacia de una ficticia conquista.

La importancia del medio siglo que va desde los mбs hermosos aсos del Segundo Imperio hasta la Primera Guerra Mundial se impone con evidencia. Se efectъa en profundidad un lento deslizamiento que remodela la fisonomнa de la pareja y prepara la explosiуn de la nueva йtica sexual. Es por lo tanto preciso evitar dejarse obnubilar por la imagen de una moral victoriana, intransigente y monolнtica. Este medio siglo, considerado por Edward Shorter como una simple fase transitoria entre dos revoluciones sexuales, me parece, en definitiva, mбs innovador que el amplio periodo que se extiende desde el Consulado hasta mediados del Segundo Imperio.

Las sacudidas que, a partir de esta fecha, comienzan a conmover, o por lo menos a remodelar la imagen de la vida privada, deben mucho a los procesos de imitaciуn. El descenso social de comportamientos elaborados en el seno de la aristocracia, y luego de la burguesнa, supera la influencia ejercida por los usos populares. Ciertamente, el sexo del pueblo resulta fascinante; ciertamente, hay un tipo de libertad erуtica que se ha difundido al abrigo de las clases trabajadoras, en concreto en tiempos de la monarquнa censataria, antes de que se desplegara la familiaridad con el mundo obrero. Pero no se trata de conductas que hicieran escuela. En Francia, las formas actuales de la liberalizaciуn de las costumbres, en una palabra, lo que Edward Shorter considera como la segunda revoluciуn sexual, se han elaborado en el seno de las clases dominantes. Los autores de vaudeville, los polнticos de la izquierda radical, ciertas burguesas feministas, los propagandistas neomaltusianos, los militantes que teorizaban sobre el amor libre y, sobre todo, los sabios que edificaban la sexologнa, todos ellos contribuyen mucho mбs a perfilar las sensibilidades modernas que lo que lo hicieron las uniones errбticas de los inmigrantes del Parнs de Luis Felipe. Como advierte Bronislaw Baczko, el concubinato popular de la monarquнa censataria se sitъa del lado de acб del matrimonio; mientras que el concubinato contemporбneo pretende en la mayorнa de los casos colocarse deliberadamente del lado de allб de la instituciуn.


Gritos y susurros







Система охраняемых территорий в США Изучение особо охраняемых природных территорий(ООПТ) США представляет особый интерес по многим причинам...

Что делать, если нет взаимности? А теперь спустимся с небес на землю. Приземлились? Продолжаем разговор...

ЧТО ПРОИСХОДИТ, КОГДА МЫ ССОРИМСЯ Не понимая различий, существующих между мужчинами и женщинами, очень легко довести дело до ссоры...

ЧТО И КАК ПИСАЛИ О МОДЕ В ЖУРНАЛАХ НАЧАЛА XX ВЕКА Первый номер журнала «Аполлон» за 1909 г. начинался, по сути, с программного заявления редакции журнала...





Не нашли то, что искали? Воспользуйтесь поиском гугл на сайте:


©2015- 2024 zdamsam.ru Размещенные материалы защищены законодательством РФ.