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LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA EN UNO MISMO





 

Estos dos términos se utilizan habitualmente de forma indistinta. Y es posible que encuentres pasajes en este libro donde también pase. No es extraño, puesto que están relacionados. Sin embargo estos dos conceptos presuponen cosas distintas y diferentes procesos de desarrollo.

La autoestima es la percepción que tú tienes de quién eres. Es un juicio que haces de tu ser, que da lugar a creencias y a emociones sobre tu persona. Si tu autoestima es alta, te dirás cosas como: «Soy competente», «Me merezco conseguir mis sueños», «Puedo triunfar». Si tu autoestima es baja, en tu cabeza resonarán pensamientos del tipo: «Me va mal porque soy una mala persona», «La gente no puede confiar en mí», «No me merezco tener suerte en la vida».

Decimos que una persona tiene confianza en sí misma cuando cree en sus capacidades para conseguir distintos tipos de logros. A menudo es una consecuencia de la evaluación de lo hecho en el pasado. Si una persona tiene una autoestima alta, es más fácil que acepte las dificultades del aprendizaje como algo natural, y con la práctica consiga desarrollar la habilidad que le ayude a aumentar la confianza en sí misma.

Por otra parte, esta confianza en uno mismo varía con la naturaleza de la actividad. Alguien puede tener una alta autoestima y no confiar en su capacidad para una determinada tarea, pero si se lo plantea y se ocupa de conseguir los recursos necesarios, podrá aprender a hacer lo que necesita y aumentar esa confianza que antes no tenía.

Una de las formas de saber cuánta confianza tiene alguien en sí mismo es fijarse en cuánta confianza tiene en los demás. La falta de confianza en uno mismo hace que se tenga poca confianza en los demás. Si esto te pasa a ti, lejos de buscar primero cómo hacer para confiar en los demás, trabaja sobre la confianza que depositas en ti mism@ para relacionarte.

 

¿CÓMO PERDEMOS LA AUTOESTIMA?

 

Una de las formas en las que las personas perdemos la autoestima de pequeños es a través de lo que en Análisis Transaccional se llaman atributos. Estos son frases que implican juicios que dicen los padres, o los profesores, a los niños. Y en las que en lugar de etiquetar un comportamiento, asignan un atributo al niño como si de verdad fuera una característica de su personalidad. Un ejemplo típico de un atributo es decirle a un niño que se porta mal: «¡Eres un trasto!». Si esta frase se la repites a un niño el número suficiente de veces, puedes imaginarte lo que va a pasar en su cerebro.

Otra forma de perder la autoestima es siendo ridiculizados por los mayores y haciendo caso a esos juicios. Si eres un niño, lo tienes difícil para darte cuenta de la crueldad de los demás y pensar que están equivocados.

 

¿CÓMO MEJORAR LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA EN UNO MISMO?

 

Si lo que quieres es poder mantener la autoestima en un niño, cuando se porte mal critica sólo su comportamiento. En lugar de «¡Eres un trasto!», dile: «¡Te has portado mal!». O mejor todavía, dile lo que esperas que haga la próxima vez. «Confío en que el próximo día dejes el cuarto arreglado después de jugar.» Esto es, en lugar de darle feedback de lo que hizo mal, dale feedforward de lo que quieres que haga la próxima vez. Para rematar la jugada, prémiale cuando lo haga bien.

Una de las consecuencias positivas de ese cambio en tu forma de juzgar es que muy probablemente te acostumbres también a juzgarte menos a ti mism@ y a juzgar en todo caso tus comportamientos. Tu autoestima también mejorará y tus sueños llegarán antes.

Una de las formas en la que se trabaja la confianza en el coaching es considerándola como un taburete de tres patas. Para que esté estable las tres deben funcionar. Esas patas son la sinceridad, la fiabilidad y la competencia. Será fácil que tengas confianza en alguien si te dice lo que piensa hacer, hace lo que dice y lo hace bien. Yendo ahora al caso de la confianza sobre tu persona, lo que necesitas es entonces: sincerarte contigo mism@, cumplir con los compromisos que te planteas y adquirir los conocimientos y las habilidades que necesitas para cumplir tu sueño.

Para mejorar esa autoestima, además de la actitud +/+, necesitas revisar las creencias que tienes sobre tu persona. Una vez que le des la vuelta a tus creencias limitantes, verás cómo tu autoestima va creciendo. Y después podrás empezar a trabajar tu confianza.

Una reflexión más sobre este punto es cuán amig@ eres de ti mism@. ¿Cuánto te quieres? Una receta fácil de recordar para mejorar tu autoestima es hablarle a tu yo interno como le hablarías a tu mejor amigo.

 

AUTOESTIMA Y VULNERABILIDAD

 

A medida que tu autoestima aumente, irás viendo cómo tus miedos disminuyen. Una de las consecuencias más importantes es que empezarás a estar más cerca de tu yo auténtico. De aquel que vino al mundo hace ya unos cuantos años y ha aprendido a sobrevivir haciendo lo que ha sido necesario hasta convertirse en tu yo actual. El proceso de crecimiento personal que estás haciendo para convertirte en especialista en cumplir sueños te servirá para desarrollar otro gran aprendizaje vital. Me refiero a desarrollar tu vulnerabilidad.

Desde pequeños nos han enseñado que las personas vulnerables son débiles y que para sobrevivir en el mundo hay que ser duros y no mostrar nuestras emociones, ya que así enseñamos a los demás nuestras debilidades. Reconozco que en ocasiones no parece apropiado mostrar tus emociones. Pero en el fondo esto es por la dificultad del otro para entenderte, no porque tener y mostrar emociones sea un síntoma de debilidad. Como siempre, para todo hay excepciones, pero lo que cada día está más claro es que atreverte a compartir tus emociones con los demás cuando para ti sea seguro es una forma más sana de vivir. De no dejar que tus emociones se enquisten en tu cuerpo y provoquen enfermedades, o cuando menos malestares innecesarios. El mundo está poco a poco evolucionando, y los hombres empiezan a interiorizar el permiso necesario para llorar o estar asustados o tristes, y las mujeres pueden mostrar su rabia sin que nadie se horrorice. Y este proceso ya está en marcha y es irreversible.

También es cierto que nuestro pasado evolutivo no nos ayuda. Al menos a los hombres. Como me explicó hace tiempo mi amigo el antropólogo y primatólogo Pablo Herreros, los chimpancés jóvenes tapan sus heridas en presencia de las hembras. El motivo parece obvio. Si tú fueras una de las hembras, ¿a cuál escogerías? ¿Al que han zurrado o al que zurró? Y recuerda que si eres una chimpancé, esto no va de ser compasiva, sino de la supervivencia de tu descendencia. Pues a los humanos macho, nos pasa como a los chimpancés. Nos cuesta mostrarnos vulnerables. Especialmente a los machos de lomo plateado que te encuentras en las grandes corporaciones.

Te cuento esto de la vulnerabilidad porque a lo largo del viaje que estás haciendo vas a encontrarte en situaciones en las que te sentirás vulnerable y es posible que pienses que no tienes tan claro si seguir con tu sueño. Cuando te ocurra eso piensa en lo que decimos en el vídeo cuando el protagonista se queda colgado de la rama tras los primeros intentos de volar: «Eres humano». Hacer algo nuevo requiere mucho coraje, especialmente si vas a hacerlo delante de otros. Por eso es bueno que empieces con sueños menos ambiciosos. Así reforzarás tu autoestima y tu confianza en tu capacidad de cumplir tus sueños. Recuerda que es una habilidad que no nos suelen enseñar, y que hay que aprenderla poco a poco.

 

 

Te propongo que vayas descubriendo más sobre lo que te supone una dificultad a la hora de ser tu yo auténtico, y decidas luego qué hacer con ello. No es obligatorio que cambies nada, pero como te vengo diciendo a lo largo de los ejercicios, lo mínimo que deberías hacer es tomar conciencia. Si al hacer el ejercicio te sientes más vulnerable de lo que te parece bien, valdrá con que lo hagas mentalmente. En ese caso puedes escribir más abajo: «Hacer el ejercicio». Seguro que dentro de un tiempo volverás a escribir más cosas.

 

Las situaciones en las que tiendo a sentirme vulnerable son:

 

 

Ya tienes información sobre los contextos en los que tiendes a estar fuera de tu zona de confort. Esto puede ser por falta de habilidades o de conocimientos, simplemente por falta de experiencia o porque haya creencias que te transmitan un sentido de estar en el sitio equivocado o estar haciendo algo inapropiado. Sea como fuere, si quieres, ya puedes indagar las razones. Porque cuanto mejor te conozcas y mayor facilidad tengas para aceptarte como eres, menos miedos sentirás y más crecerá tu autoestima y tu confianza. En otras palabras, mejor conocerás tu Brain Operating System y más lo afinarás para conseguir tus objetivos en la vida.

 

 

MAYBE: Oye, Matti, vaya dos capítulos que llevamos, ¿no?

¿Por qué lo dices?

MAYBE: Porque me parece que has entrado en temas que a veces no parecen tener mucha relación con los sueños.

Sí, es posible que a veces parezca que el funcionamiento del cerebro y de la mente son un poco áridos. Sin embargo, mi experiencia me dice que, a mayor conocimiento de uno mismo, mayores posibilidades de gestionarte como toca cuando vengan las dificultades al querer cumplir tus sueños.

MAYBE: Ah, pues yo siempre pensé que cumplir mis sueños sería algo bonito...

Sí, así es. Es algo muy bonito. Pero eso no quiere decir que todo el proceso vaya a ser un camino de rosas. De hecho una de las razones principales por las que la gente no cumple sus sueños, sean personales o empresariales, es por las dificultades que se encuentran a la hora de afrontar sus miedos y los miedos de los demás. No es una tarea cómoda al principio, pero a medida que vas aprendiendo todo fluye cada vez con mayor facilidad.

 


 

• Tu vida es la que decides desde tu cerebro.

 

• Vivimos en una época en la que la sociedad está pasando poco a poco de estar en el nivel de pertenencia de la pirámide de las necesidades de Maslow, al nivel de autoestima.

 

• Los elementos más fáciles de influir que componen tu Brain Operating System son: tu actitud; tus valores; tus creencias; tu feedforward; tu forma de pensar, sentir y actuar; tu forma de gestionar el feedback y tus hábitos.

 

•La actitud +/+ es clave para conseguir tus sueños.

 

• La forma ideal de gestionar el feedback que no te gusta es: aprender de lo ocurrido y cambiar.

 

• Date cuenta del tipo de información con el que alimentas tu BOS. Sal con gente optimista y entusiasta. Preocúpate de estar con gente que te proporcione energía,no que te la quite. Fíjate en cómo influyes en el BOS de tus hijos.

 

• El cerebro decide primero desde la emoción, y luego justifica las decisiones.

 

• La cultura influye en cómo se desarrolla tu mente, mostrándote lo que tienes que hacer, lo que has de saber hacer y lo que se te permite hacer.

 

• Las creencias de la infancia funcionan como una suerte de hipnosis.Estas generan patrones mentales que se soportan en cánones neurales que podemos cambiar.

 

• Aprende a recuperar tu intuición. Para ello debes aprender a gestionar tus miedos, así como aceptar las fases del proceso de aprendizaje.Además,es bueno entender que la resistencia al cambio es en realidad miedo a la pérdida.

 

• Si quieres cumplir tus sueños, debes tener una autoestima alta y confianza en tus capacidades.


 

Como ya te conté, lo importante de este libro es lo que apliques. Leer está bien, pero la aplicación es clave. Sólo así tienes un feedback real.Y sólo así puedes ver si puedes seguir perseverando o necesitas pivotar.

 

Bueno, te toca trabajar a ti de nuevo.

 

Las tres o cuatro ideas que me llevo de este capítulo son:

 

 

Y la forma en que las voy a llevar a la práctica es:

 

 

Y aquí tienes las preguntas y sugerencias que te ayudarán a reforzar lo leído en este capítulo.

 

En qué medida has asumido más responsabilidad por lo que te pasa en la vida?

 

¿Qué vas a hacer para mejorar tu actual autoestima? Aunque te parezca alta siempre es posible aumentarla un par de tallas.

 

¿Qué cambios vas a introducir en la dieta de tu BOS? ¿Cuándo vas a empezar?

 

¿Qué aspectos de tu cultura familiar, empresarial o social influyen de manera limitante en tu desarrollo como cumplidor de sueños? ¿Cómo vas a hacerlo para minimizar su impacto?

 

¿Qué miedos vas a trabajarte para mejorar tu confianza? ¿Cómo vas a hacerlo? ¿Cuándo vas a empezar? ¿Eres consciente de las consecuencias de no integrarlos como compañeros de viaje?


 

En este segundo capítulo te invito a ver un par de vídeos.

 

Uno es de Rita Pierson, y el otro de Thandie Newton. El primero está destinado originalmente a aquellos que tienen que desempeñarse como profesores. O como dice Pierson, desde su pasión desbordante, como campeones para esos niños que necesitan desarrollar su autoestima. En el caso de que no tengas hijos el vídeo es igualmente pertinente. En él verás la actitud +/+, la autoestima, la confianza en sí misma de la propia Pierson modelando las características de un profesional que ha sabido cumplir sus sueños.

 

En el segundo vídeo Newton habla de la alteridad, de la identidad y de cómo ella encontró su sitio en el mundo como licenciada de Cambridge y actriz, creciendo a partir de su baja autoestima, a partir del rechazo que sufrió en su infancia como consecuencia de ser la hija de un padre blanco y de una madre negra. Newton nos recuerda además la importancia de vivir desde nuestra esencia.

 

www.TeAtrevesASoñar.com/Capitulo-2.

 


Capítulo 3

 


El Método TAAS

Para saber lo que la gente realmente piensa, presta atención a lo que hace en lugar de a lo que dice.

 

RENÉ DESCARTES

 

 

Por fin has llegado al capítulo en el que te voy a contar de forma resumida cuál es el método que te ayudará a cumplir tus sueños. El Método Te Atreves A Soñar, o TAAS, como lo he abreviado en el título.

Te invito a que recuerdes que la herramienta nunca es más importante que la persona que la maneja. Un violín no es bueno o malo en sí mismo. Lo hace bueno o malo el que lo toca. El éxito en la aplicación del método depende, por tanto, de que superes las pruebas que encontrarás en el camino que te lleva a tu sueño.

Y si el violín no ha sido probado antes, tampoco sabes si funciona o no. El método que ahora te planteo lo he utilizado con éxito durante varias décadas, tanto en entornos personales como profesionales. Entre los sueños que he cumplido en mi vida está haberme construido mi casa; haber hecho crecer una empresa de ingeniería a ritmos del 20% durante 12 años, y del 50% los siguientes tres; cambiar de profesión y pasar de ser directivo a trabajar como consultor para las primeras empresas del país, haber vivido en otros países, así como escribir y publicar varios libros.

Y ahora le ofrezco esta metodología al mundo. En la actualidad el método es más refinado que cuando lo usaba para mí mismo y no tenía necesidad de hacerlo consciente y hacerlo llegar con toda claridad a los demás.

 

LA ZONA DE CONFORT

 

En el mundo de la formación se le atribuye el concepto de zona de confort a Stephen R. Covey, autor entre otros de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. No recuerdo cuándo empecé a manejar yo este concepto, pero sí me acuerdo de los primeros gráficos que hice para mi equipo en mi trabajo en la empresa de ingeniería. Una de las cosas que descubrí entonces es que el dicho «una imagen vale más que mil palabras» es realmente muy acertado. De hecho hoy en día existe una disciplina llamada Visual Thinking, de plena tendencia, que trata sobre cómo ilustrar tus pensamientos en imágenes. Para mí aprender a pintar la zona de confort en diferentes formatos me sirvió para que otros me entendieran, y para que yo tuviera una estructura mental en la que apoyarme a la hora de entender por qué a veces me costaba hacer cosas.

La primera vez que imaginé la zona de confort venía ser un espacio físico que representaba lo que yo sabía, lo que manejaba con facilidad, lo que me daba sensación de control. Recuerdo que lo dibujé como si fuera uno de los fuertes del oeste, como una zona segura en un territorio inhóspito. Era más bien redondo, con unas buenas paredes de ladrillo que me protegían del entorno y me daban seguridad.

 

 

También me acuerdo de que cuando les explicaba a mis colegas cuál era la forma de aprender y de crecer emocionalmente, lo primero era decidir de qué lado de la zona de confort se quería empezar a crecer. Lo siguiente era decidir a qué distancia quería uno reconstruir el muro. Y sólo entonces había que coger la carretilla y empezar a llevarte los ladrillos poco a poco al diámetro que te hubieses marcado.

 

 

Recuerdo también que al hacer eso, en mi dibujo quedaba abierta la zona de confort original. Y por tanto expuesta a peligros potenciales.

¿Qué peligros verías tú? Te dejo un espacio debajo para que apuntes lo primero que te venga a la mente:

 

 

Si abres la defensa que te protege, es factible que las amenazas se puedan colar en tu espacio. Sí, pero ¿son peligros reales? Bueno, eso depende de cada uno. Lo bueno es planteárselo para poder gestionarlo.

Ahora que llevo más de veinte años saliendo conscientemente de esa zona de confort, me cuesta imaginar qué peligros visualicé yo entonces. De hecho si has visto el vídeo que inspira este libro, verás cómo pinto ahora la zona de confort: sólo con unas rayas que implican que salir no es tan complicado. Pero me ha gustado volver a acordarme de cómo lo pintaba en aquella época porque entonces intuí algunos peligros. Y estoy seguro de que no a todo el mundo le resulta igual de fácil salir de su zona de confort. Al menos las primeras veces.

 

 

MAYBE: Oye, Matti, pero si hago lo que tú dices, resulta que hay un ligero problema.

¿Y cuál es el problema?

MAYBE: Pues que al hacer el espacio de la zona de confort más grande, no tengo ladrillos suficientes para construir de nuevo el muro.

Me alegro de que te hayas dado cuenta.

MAYBE: Me gustaba la idea de salir de la zona de confort, pero si lo hago, no tendría ladrillos para dejarlo tan alto como antes.

Sí, eso es lo que suele pasar. ¿Y qué vas a hacer?

MAYBE: ¡No lo sé! Ahora sí que me parece que tengo un problema. Una opción es volverme para atrás y quedarme como estaba.

Sí, efectivamente es una posibilidad. Pero ya que has decidido acompañarnos a Wildo y a mí en este camino, estoy seguro de que no querrás abandonar tan pronto. ¿Qué otras opciones tienes?

MAYBE: Hum, ¿hacer los muros más bajos?

Eso es.

MAYBE: Sí, pero entonces me expondré más.

Eso es.

MAYBE: Sí, claro, ¡¡qué listo!! Como tú ya te has acostumbrado.

Sí. Me acostumbré atreviéndome a exponerme. Como he contado en el segundo capítulo, los miedos son lo que suele frenar más a la gente a la hora de salir de la zona de confort.

MAYBE: ¿Y entonces cómo sigo?

Pues eso, decidiendo si te vas a atrever a exponerte. Antes de hacerlo debes decidirlo. Eso sí, luego deberás hacer lo necesario para sentirte protegida si no quieres bloquearte o entrar en pánico, pero no buscarás protección si no tienes la necesidad. Por eso el primer paso es decidir si te vas a atrever a salir de tu zona de confort. Pero en cualquier caso, no nos adelantemos, ya que antes de salir debes decidir muchas cosas que aún no te he contado.

MAYBE: OK. ¡Qué susto!

Sí, lo sé. ¿Por qué crees que hemos estado todo un capítulo viendo cómo funciona el cerebro, y lo que te puede pasar al decidirte a cumplir tus sueños?

MAYBE: Ya, ¡pero no es igual pensarlo que planteártelo en serio!

Lo sé. Por eso estoy contando mi experiencia en este libro.

 

 

Algo que no te he contado hasta ahora es que ese modelo con el que yo empecé a visualizar el concepto de la zona de confort ya no necesita ladrillos. Es posible que lo vivas así las primeras veces. Esto es, que cuando salgas conscientemente de tu zona de confort sea como si hubieses hecho el espacio mayor y los muros sean más bajos. Y por tanto sientas más la exposición al exterior. Es una buena metáfora cuando empiezas. Pero a medida que lo practicas lo que te das cuenta es que en realidad lo que ocurre es que, al hacer algo nuevo, la zona de confort crece sola. Esto es, habrás invitado a tu cerebro a hacer un nuevo canon neural. Pero si no perseveras, la «maleza neuronal» volverá a crecer, y nunca se sabrá que lo hiciste en una ocasión. Tal vez algún día tengas algún déjà vu, pero poco más. Pero si insistes en el nuevo comportamiento, en tu cerebro se empezará a reforzar ese canon neural, y tu zona de confort habrá crecido y se habrá consolidado.

La zona de confort tal y como yo la concibo es un espacio mental que determina lo que sabes, pero lo que sabes en el sentido de una máxima oriental que aprendí de Roger Hamilton:

 

To know and not to do, is not to know

 

 

Saber y no hacer, no es saber. Esto es, la zona de confort define lo que sabes hacer, y lo que has aprendido a través de la experiencia. Lo que sabes, pero no has hecho, es en realidad una zona de confort potencial. Esto es una zona con un diámetro más grande que está esperando a hacerse realidad, pero que no será tal mientras no pongas en marcha las decisiones y los comportamientos correspondientes.

Como decimos también en el vídeo, la zona de confort incluye también experiencias desagradables, como pelearte con tu pareja, recibir una reprimenda del jefe, etc. En realidad la llamamos «zona de confort» porque es una etiqueta popular, pero en el fondo es la zona de lo conocido. La zona en la que es confortable estar desde el punto de vista de no enfrentarte al miedo que te puede dar salir de ella. Pero en sí misma puede incluir aspectos muy desagradables.

En realidad hablo de una zona de confort por simplificar, pero tenemos tantas zonas de confort como áreas de desarrollo queramos definir: deportes, aficiones, habilidades sociales, habilidades profesionales, etc. Por eso me gusta representar la vida de una persona como un eje donde puedes «pinchar» tantas zonas de confort como desees, y cada una con su propio diámetro.

Lo importante no es el diámetro que tenga cada una de las zonas de confort. Lo importante es que te des cuenta de que cada una tiene su tamaño y que a veces estarás con personas con zonas de confort para ese tema que serán más grandes o pequeñas que la tuya, y que eso está bien. Si usas el conocimiento para actuar desde el +/- o desde el -/+, estarás haciéndole un flaco favor a los que estéis involucrados en esa relación. Y nunca sabes si esa persona puede ser aquella con la que necesitarás hablar para cumplir tu sueño dentro de medio año.

 

 

¿ES BUENO SALIR DE LA ZONA DE CONFORT? ¿ES MALO?

 

No es ni bueno ni malo. Es una metáfora que sirve de percha para entender cómo gestionas lo que ocurre a tu alrededor. Y especialmente cómo lideras el cambio. Al hacer algo nuevo, sales de tu zona de confort. Tú decides si debes salir o no, pero lo que tiene sentido es hacerlo con un propósito. Y el propósito que nos ocupa es cumplir tus sueños.

Como verás en este mismo capítulo, salir de la zona de confort tiene ventajas e inconvenientes, y por eso he creado una matriz que te ayudará a tomar decisiones. Lo que sí quiero recalcar es que no eres mejor o peor persona porque decidas salir o quedarte más tiempo o toda tu vida en tu zona de confort. Es prácticamente imposible que lo hagas para todas las áreas de tu vida. Por tanto, no te fuerces a salir de la zona de confort si no estás a gusto. Y sobre todo, cuando lo hagas, hazlo después de haber trabajado lo que te voy a explicar en el libro. Al menos si esa salida tiene que ver con cumplir tus sueños.

 

 

Identifica algunos componentes de algunas áreas de tu vida.

 

Los comportamientos que conforman la zona de confort que llamo vida personal son:

 

 

Los comportamientos que conforman la zona de confort que llamo vida profesional son:

 

 

Los comportamientos que conforman la zona de confort que llamo vacaciones son:

 

 

Ahora que ya sabes cuáles son algunas de tus zonas de confort y los ingredientes que las constituyen puedes empezar a ver cómo las has construido, quién te ayudó, cuánto tardaste, etc. Eso te irá dando pistas sobre cómo puedes expandirlas.

 

LA ZONA DE APRENDIZAJE

 

Como probablemente ya sabrás, la zona de aprendizaje es el espacio al que accedes nada más salir de la zona de confort. Lo represento como una corona que rodea la zona de confort. Soy de la opinión de que todos tenemos una zona de aprendizaje para cualquier cosa que nos planteemos aprender. Sin embargo cuando hablo a veces con algunas personas parecen estar convencidas de que no hay forma de salir de esa zona de confort. Cuando eso ocurre es porque se han imaginado lo peor de lo peor. Y claro, como el inconsciente no distingue la realidad de la ficción, son capaces de ponerse a sudar ante la sola idea de llevar a cabo lo que quiera que tanto temen. Es posible trabajar esos miedos a través de diversas técnicas como la hipnosis o el coaching y ayudar a la persona a minimizar esos miedos hasta hacerlos manejables.

 

 

La zona de aprendizaje siempre fascina a la gente cuando empieza a comprender que realmente existe. En el momento en que uno se da cuenta de que es conscientemente incompetente es cuando está tocando esa maravillosa zona que terminará convirtiéndose en un territorio muy conocido si se acostumbra a aprender cada día y a cumplir sus sueños. Lo malo es que las primeras veces que te sientes conscientemente incompetente es normal que sientas rechazo hacia lo que esté pasando y quieras volver a la zona de confort. Es algo parecido a lo que le pasaría a un pez si le sacaras del agua. Pero en este caso no motivado por la falta del agua, sino por la presencia de los miedos que estás sintiendo. De hecho mucha gente se resiste a entrar en la zona de aprendizaje porque anticipa muchos de esos miedos. La necesidad de tenerlo todo controlado y de ser perfectos son dos de las razones habituales por las que a muchas personas les cuesta arriesgarse a salir de su zona de confort.

A medida que experimentas la zona de aprendizaje para un tema dado, irás pasando poco a poco a sentirte conscientemente competente. Y cuando esta competencia se consolide, te sentirás inconscientemente competente. Y lo aprendido pertenecerá ya a tu zona de confort.

Una de las preguntas que suelo escuchar cuando hablo de este concepto es si el diámetro de la zona de aprendizaje también crece respecto al de la zona de confort. Mi experiencia es que sí. Cuanto más transitas la zona de aprendizaje, más tardas en salir de ella. Tiene que ver con la tolerancia a la incertidumbre, y la menor necesidad de control que uno siente a medida que se acostumbra a hacer cosas nuevas. De hecho cuando estoy trabajando con otros emprendedores me encuentro más cómodo al plantearles un nuevo proyecto porque ya tienen callo en esto de jugar fuera de casa. En cambio cuando le planteo hacer algo nuevo a gente que está más acostumbrada a funcionar con procedimientos y normas, me doy cuenta enseguida de la incomodidad que se refleja en sus caras.

Por eso una de las cosas que recomiendo a la gente que tiene hijos pequeños es que ponga los medios para que sus hijos aprendan a aprender y aprendan a cambiar. El mundo en el que estamos exige cada día más una buena capacidad de adaptación y de anticipación. Y la mejor forma de conseguirlo es adquiriendo la flexibilidad mental que resulta de pasar tiempo en la zona de aprendizaje.

 

 

Identifica las últimas veces que has estado tiempo en la zona de aprendizaje. En otras palabras, escribe las últimas cosas que has aprendido de forma consciente.

 

Las últimas veces que he estado en la zona de aprendizaje lo que me he llevado ha sido:

 

 

La motivación para algunos de esos aprendizajes fue:

 

 

Los beneficios que he obtenido con esos aprendizajes han sido:

 

 

LA ZONA DE PÁNICO

 

Esto es, como te habrás imaginado, lo que hay después de la zona de aprendizaje. Especialmente si no has frecuentado esta última. Dicho de otra manera, es la tercera zona en este paisaje imaginario en la que mucha gente cree que va a entrar si hace algo demasiado arriesgado. Vamos, que uno lo vive como si fueran arenas movedizas. Por eso representa un espacio mental en el que no quieres entrar. Para cada persona esta zona de pánico puede aparecer de forma diferente en cada una de las áreas en las que se aventure a crecer.

Para algunas personas la sola idea de hablar en público les supone entrar directamente en la zona de pánico. Y eso sólo a nivel mental, sin haberse expuesto aún a la situación. Si recuerdas lo que te he contado antes acerca de que hay gente a la que le cuesta plantearse aprender, la zona de pánico es el sitio en el que se ubican mentalmente. Para ellos no existe inicialmente zona de aprendizaje.

Para otros la zona de pánico es aquella en la que se imaginan que van a entrar si se exponen mucho más en algo que ya están aprendiendo, o que se están planteando hacer. Por ejemplo si estás ensayando una obra de teatro con unos amigos, eso puede ser tu zona de confort. Pero si te dicen que existe la oportunidad de estrenarla en el teatro principal de tu ciudad, delante de quinientas personas, a más de uno tendrán que darle una tila. En cambio para otros esa posibilidad supondría una oportunidad maravillosa. Tal vez porque sea su sueño desde pequeños. O incluso porque su visión sea dedicarse a vivir del teatro. Para ellos esta zona tiene un nombre diferente que te cuento enseguida.

Cuanto más tiempo pasas en la zona de aprendizaje para distintos temas, más difícil es que entres en la zona de pánico porque habrás ido aprendiendo a aprender. Además, te habrás acostumbrado a sentir el miedo y la adrenalina. Cuando yo tenía quince años me gustaba saltar a las vaquillas en el pueblo de la sierra donde vivía. El subidón de adrenalina que experimentaba era espectacular. A la vez sentía el miedo lógico de que me embistiera una vaquilla. Pero ese subidón yo lo vivía como una emoción agradable, más que como algo que me hiciera entrar en pánico. Eso sí, la idea de ponerme en medio de la plaza con un toro de lidia no entraba en mi escenario de lo factible. Ese era el inicio de mi zona de pánico. Por mucho que un torero me explicara cómo se hace, no tenía ningún interés en planteármelo.

Un último apunte sobre la zona de pánico. Otra forma de llamarla es la zona de no experiencia. Recuerdo que una participante en un taller de Indra que daba en Sevilla me dijo: «Oye, ¿y por qué tiene que ser siempre pánico? ¿No puede ser simplemente de no experiencia?». Aún me acuerdo de mis primeras reacciones instintivas cuando esa participante cuestionó lo que yo estaba contando. Por suerte, apliqué lo que en creatividad llamamos «aplazar el juicio», y me sirvió para aprender algo. Gracias a esa intervención añadí a mi explicación una etiqueta alternativa que suaviza lo que te acabo de contar.

Con el tiempo pude comprobar que, efectivamente, hay personas para las que la zona de pánico es simplemente la zona de no experiencia. No sienten miedo al entrar en ella. En mi caso me produce curiosidad. Es lo que le pasa a la gente que tiene muchas ganas de aprender algo que además les conecta con aquello que más desean en la vida.

Por otra parte, es importante no confundir la zona de aprendizaje con la de no experiencia. En la primera te planteas conseguir algo que está más al alcance de tus posibilidades lógicas inmediatas. La segunda es algo que claramente supone un desafío importante para ti y que, además de implicar un aprendizaje, va a necesitar que se den una serie de circunstancias. Un ejemplo para mí es la visión de mi actual empresa. En 2011 me planteé que facturaríamos diez millones de euros en 2015. Eso implicaba multiplicar por treinta la cifra de ese año. Aún hoy no tengo un camino claro sobre cómo conseguirlo aunque empiezo a verlo. Y de lo que me doy cuenta cuando pienso en ello es lo difícil que fue el proceso inicial de creérmelo. Pero lo que ahora siento es curiosidad sobre las cosas que vamos a hacer. No sé aún cuáles de nuestras acciones van a funcionar y cuáles no, pero tengo la convicción de que así será. Y con esa convicción avanzo en mi viaje.

 

 

Identifica algunas de las situaciones que han supuesto para ti ubicarte, o estar a punto de entrar, en la zona de pánico o de no experiencia.

 

Los momentos en los que he estado dentro de, o a punto de entrar en, mi zona de pánico o de no experiencia han sido:

 

 

Una vez que los conoces no tienes que hacer nada al respecto. Reconocerlos está bien de momento. Si luego resulta que el cumplimiento de alguno de tus sueños pasa por exponerte a esa zona de pánico o de no experiencia, tendrás que decidir si quieres hacerlo y buscar a alguien que te ayude a «torear» con esa situación o si prefieres plantearte alternativas. Por ejemplo, si de lo que se trata es de hablar en público, puedes preferir tener a un representante que lo haga por ti o aparecer hablando en un vídeo.

 

LA ZONA MÁGICA

 

Este es el nombre que sorprendentemente adquiere la zona de pánico cuando te vuelves asiduo de la zona de aprendizaje y más allá. En realidad habría que matizar que esto sería para un tema concreto. Esto es, puedes contar con una zona mágica para un mundo que te apasiona, como la innovación; y no tener una zona mágica para, por ejemplo, cocinar. Lo que ocurre es realmente curioso porque la zona mágica es algo que puedes experimentar y dejar de experimentar. No es estable. Sin ser la misma cosa, al estar en la zona mágica experimentas sensaciones similares a las que tienes cuando fluyes, como lo describe el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi. Según Csikszentmihalyi, el flow, o flujo, es un estado en el que lo que ocurre y tú os fundís en uno. Es un estado en el que disfrutas tanto que dejas de experimentar que el tiempo esté transcurriendo.

Por eso es tan sencillo etiquetar en esos momentos la zona de pánico como la zona mágica. Como habrás podido deducir, para experimentar así la zona de pánico necesitas tener unas cuantas horas de vuelo desafiando lo desconocido en distintas facetas de tu vida, y haberte acostumbrado a conseguir resultados positivos en situaciones que exigían una buena gestión de la incertidumbre. Lo que te recomiendo es que en lugar de querer experimentar la zona mágica como tal, descubras a lo largo del libro cuáles son tus sueños, y sobre todo, cuál es tu visión personal para que, sin darte cuenta, un día descubras en qué consiste esto de transitar la zona mágica.

 

LA TENSIÓN CREATIVA

 

Ahora que ya conoces las distintas zonas que te vas a encontrar en este territorio en el que vas a cumplir tus sueños, voy a contarte las dos fuerzas principales que vas a experimentar. Las habrás visto también en nuestro vídeo.

La primera es la que llamamos la tensión creativa. Esta fuerza es la que se genera dentro de ti cuando tomas conciencia de dónde estás y de lo que quieres conseguir. Para que esto ocurra necesitas por tanto haber definido un destino. Esta fuerza tira de ti hacia tu sueño y te impulsa a salir de tu zona de confort. Actúa como motivación. Cuando hayas entendido cuál es tu pasión y construido una visión personal en torno a ella, sentirás que esta tensión creativa es aún mucho mayor que la que sientes para un sueño en particular. Por cierto, soy consciente de que te vengo hablando de la visión con regularidad y que aún no te contado más sobre ella, pero así vas cultivando tu paciencia activa, que es parte de los requisitos para cumplir sueños.

La tensión creativa emerge desde dentro de ti. Y por eso será habitual que sientas que los demás no te comprenden, por mucho que te quieran. Incluso aunque les cuentes tu visión con mucho detalle es muy probable que no consigan compartir ni la mitad de tu excitación. Esta es una suerte de maldición agradable, que también le pasa a los innovadores y a los emprendedores. Maldición porque te sientes triste cuando no te entienden. Agradable porque te llena de energía y entusiasmo. Por otra parte puede que consigas contagiar a otros de esa fuerza. Especialmente a otros que te conocen menos que tu gente más cercana, y de quienes no esperas comprensión o amor, pero sí apoyo y acciones para conseguirlo. En ese colectivo es probable que encuentres quienes te entiendan mejor y se enchufen contigo.

Este fenómeno que he experimentado numerosas veces a lo largo de mi vida me parece ya algo tan natural que prefiero asumirlo y no darle mayor importancia, aunque debo reconocer que me sigue costando. Al fin y al cabo me gusta que mis seres queridos me den mis caricias por mis ideas o proyectos. En el fondo cuesta darse cuenta de que lo que para ti supone emoción e ilusión, para los demás puede implicar una tensión emocional que no habías anticipado.

 

LA TENSIÓN EMOCIONAL

 

Bajo esta etiqueta se agrupan el conjunto de emociones que experimentas cuando te planteas salir de tu zona de confort en pos de tu sueño. La tensión creativa que tira de ti hacia fuera genera automáticamente una tensión emocional en sentido contrario. Como puedes ver en la siguiente ilustración es como si tuvieses una goma que pasa alrededor de tu cintura y que te conecta con tu sueño (tensión creativa), y otra que une tu cintura con el eje de tu zona de confort (tensión emocional).

 

 

Las dos fuerzas operan simultáneamente, de modo que, a medida que decides avanzar hacia tu sueño, la tensión creativa disminuye y la tensión emocional aumenta. Si por el contrario, te echas para atrás porque la tensión emocional tira mucho de ti, ésta disminuirá, pero, en cambio, aumentará la tensión creativa.

Lo normal es que las resistencias que componen tu tensión emocional estén relacionadas con emociones difíciles de gestionar, como la tristeza y sobre todo el miedo; y concretamente, el miedo a la pérdida. Pero además puede haber otros componentes que inicialmente no identifiques como miedos. Un ejemplo es el deseo de complacer a los demás. Si bien no parece una emoción de esa naturaleza, puede que al final descubras que en realidad te da miedo cumplir tus sueños porque temes que, si lo haces, tus seres cercanos te dejen de querer.

 

 

MAYBE: Oye, Matti, eso no lo entiendo.

Imagínate que tu sueño es vivir en otro país.

MAYBE: Sí. ¿Y?

Pues que si algunos de tus familiares, generalmente tus padres, pueden enfadarse porque te vas a ir fuera, es muy posible que te preocupe que no lo entiendan. ¡Con todo lo que han hecho por ti!

MAYBE: Ya. Vale, ahora me llega.

Claro, te puede parecer lógico. Pero ¿crees que tus padres te habrían ayudado menos si hubieran sabido que un día te podrías ir a vivir fuera?

MAYBE: En el fondo, no. Pero sí puedo imaginarme que me diese pena y me plantease no hacerlo.

Muy bien. Pues esa tristeza, o miedo, o la mezcla de ambas estarían componiendo parte de las «cuerdas» que ejercen sobre ti esa tensión emocional. Este comportamiento concreto se produce por algo que en el Análisis Transaccional llamamos Drivers. En este caso el Driver Complace: «Soy aceptable, o estoy OK, si complazco a los demás». Es algo en lo que puedes incurrir cuando dejas de estar OK, y dejas de tener en cuenta aspectos de la realidad, como que tus padres ya son adultos que saben que los hijos tienen derecho a vivir su vida.

MAYBE: Vale ahora lo he entendido. O sea, ¿que está bien ser egoísta?

Entiendo que te suene a ser egoísta, pero en el fondo es que te ocupes de tus necesidades para poder estar en +/+. Cuando actúas desde ahí luego puedes estar disponible para ayudar a otros a satisfacer sus necesidades. Pero si entras en la posición -/+, por no cuidarte, acabarás sintiéndote mal con los demás y probablemente contigo misma. Como dicen en salvamento marítimo: «No te tires al agua a salvar a alguien si no estás seguro de poder sacar al que se ahoga».

 

 

Si te asalta alguno de esos miedos, que sepas que no dejan de ser chantajes emocionales. Si la gente te quiere de verdad, hace las cosas porque te quiere, no para obtener algo a cambio. Y desde luego no tiene sentido que sacrifiques tu vida.

 

¿CUÁL GANARÁ?

 

Espero que a medida que vas leyendo te vaya quedando claro que, en el fondo, cumplir tus sueños básicamente depende de ti. O que al menos depende mucho más de ti de lo que podías imaginar. Eres tú quien decide cuánto peso les das a los demás y a las circunstancias. En la medida en la que vayas responsabilizándote de tu vida, verás que la influencia de lo externo disminuye.

El problema es que, si no gestionas tu tensión emocional, te costará mucho avanzar. Cuanto más tiras hacia delante para acercarte a tu objetivo, más se reduce la tensión creativa; pero lo malo es que la tensión emocional aumenta en la misma proporción, pero en sentido opuesto. Ante esta tesitura hay dos posibilidades básicas para hacer el viaje llevadero. Disminuir la tensión emocional enfrentándote a tus miedos, o rebajar la tensión creativa haciendo tu objetivo menos ambicioso.

También puedes hacer otras combinaciones. Disminuir un poco de cada una; marcar fases para tus planes y no rebajar tu ambición en cuanto a su calidad, pero sí en cuanto a la fecha; o marcar metas volantes y además disminuir la ambición. O directamente abandonar.

Cumplir nuestros sueños no resulta fácil las primeras veces. Especialmente cuando tu entorno no te apoya. A nuestros clientes de empresa, a veces les recomendamos que no cuenten su sueño a nadie para que la tensión emocional de los demás no les frene, al menos hasta que hayan conseguido un equipo de personas que puedan echarles un cable en el camino. Por otra parte el peligro de no contarlo antes de empezar es no recibir un feedback que te sirva para anticipar los peligros que pueden surgir en el viaje. O incluso apoyos inesperados. Realmente no sabrás nunca cómo van a reaccionar las personas de tu entorno hasta que se lo cuentes. Desde mi experiencia te animo a que te dejes sorprender.

Además he creado una sencilla fórmula matemática que te ayude a ver cómo funcionan las tensiones en el proceso de cumplir tus sueños. No te preocupes, no te voy a examinar, pero confío en que la fórmula más la explicación te dejen más claro cómo puedes hacer que tu tensión creativa salga victoriosa.

A la fuerza interior que necesitas para cumplir tu sueño la he llamado con un nombre muy obvio: Fuerza para Cumplir Tu Sueño (FCTS). ¿Para qué complicarse? El resultado de esta fuerza será positivo o negativo en función del resultado de la ecuación, en la que las otras variables son:

 

• Tu Tensión Creativa (TTC)

• Tu Tensión Emocional (TTE)

• la Tensión Emocional de los Demás que te Importan (TEDI)

• Tu Necesidad a Corto Plazo de tener Reconocimiento (TNCPR)

• el Factor de Influencia del Exterior (FIE)

 

La fórmula matemática es la siguiente:

 

 

Antes de que te entren los nervios te desgloso lo que quiero decir con la fórmula.

Por un lado tienes Tu Tensión Creativa (TTC), que es la que te ayuda a salir de la zona de confort. Como irás viendo esta será tanto mayor cuanto más confíes en tu capacidad para cumplir tu sueño.

Detrás del signo menos y dentro del paréntesis están las dos fuerzas que restan intensidad a Tu Tensión Creativa. Por un lado está Tu Tensión Emocional (TTE), que es la consecuencia de tus miedos y otras emociones que te invitan a quedarte en la zona de confort. Y por otro, la Tensión Emocional de los Demás que te Importan (TEDI) y que, siendo legítima, no debería influirte. Pero lo hace. Y lo hace porque esas personas te importan y les quieres. Pero eso no implica que no puedas hacer algo al respecto. Enseguida te contaré qué puedes hacer.

La suma de estas tres tensiones puede dar un resultado negativo. Y en muchos casos esta es la razón de que la gente no ponga en marcha sus sueños.

Dividiendo a la suma está Tu Necesidad a Corto Plazo de tener Reconocimiento (TNCPR). Cuanto más te preocupe el reconocimiento, o la opinión de los demás, más probabilidades tienes de no hacer nada. Porque, a mayor necesidad de reconocimiento a corto plazo, más pequeño es el resultado de la división, y menor es la fuerza con la que cuentas para cumplir tu sueño. En el libro Inteligencia Emocional, Daniel Goleman llamó a esto «la capacidad de retrasar la recompensa». Las personas que han aprendido a recibir la recompensa más tarde y, mientras, siguen trabajando sin ella son las que suelen conseguir mayores logros.

Finalmente, he añadido el Factor de Influencia del Exterior (FIE). Esto significa que si le das mucha importancia a lo que pase ahí fuera y confías menos en tus capacidades actuales, la Fuerza para Cumplir Tus Sueños será escasa. Si, en cambio, decides que, salvo catástrofes, las cosas dependen más de ti y tus convicciones que del exterior, el resultado será una mayor Fuerza para Cumplir Tus Sueños.

A riesgo de haberlo complicado, confío en que entiendas la relación entre las principales variables que influyen en el cumplimiento de tus sueños.

Lo que no he añadido para no complicar la fórmula es el paso del tiempo. En algunos casos el paso del tiempo puede ser lo que necesitas para adquirir la actitud, los conocimientos y las habilidades necesarios para cumplir tu sueño. En otros puede que te desgaste y pierdas fuelle. Si esto ocurre, es posible que sea un indicador de que realmente no creías tanto en ti o en tus capacidades.

Lo normal es que cuando te planteas cumplir un sueño sigas haciendo cosas en tu vida cotidiana, que no lo dejes todo para conseguirlo. Como ya te indiqué, no te recomiendo eso salvo que no tengas nada que perder. Es preferible llevar la preparación de tu sueño en paralelo con tu día a día. De ese modo te darás tiempo para prepararte y hacer crecer tu autoestima y la confianza en tus capacidades, revisando tu actitud, desmontando creencias limitantes y adquiriendo las competencias necesarias.

Si lo haces de esta manera, lo normal es que tu Fuerza para Cumplir Tu Sueño salga victoriosa y consigas lo que te propones. Te recomiendo que eches un ojo a esta fórmula cada vez que notes que flaqueas en tu empeño.

Y antes de que se me olvide, ¿qué puedes hacer con la tensión emocional que los demás sienten o crees que sienten? Pues sencillamente sentarte con ellos y hablarlo en una conversación sincera, desde el corazón, sin querer complacer a los demás. Si lo entienden, genial. Si no, es su dificultad. Pero no debes hacerte responsable de sus pensamientos o emociones. Puede ser duro, pero tu responsabilidad es hacerte cargo de tu vida.

 

 

Revisa alguno de tus últimos intentos de cumplir un sueño. No lo hago para que te victimices, ni para que culpes a otros, sino para que te des cuenta de que podrías haber actuado de formas diferentes y utilices el pasado para aprender. De hecho sólo te pido que pienses en lo que depende de ti. Piensa en alguno de esos intentos. ¿Lo tienes? OK, pues ahora a diseccionarlo.

 

En el intento de cumplir el sueño que recuerdo lo que pasó fue:

 

 

Mi Tensión Creativa se basó en:.

 

 

Podría haber aumentado mi Tensión Creativa habiendo hecho:

 

 

Mi Tensión Emocional se basó en:

 

 

Podría haber reducido mi Tensión Emocional habiendo hecho:

 

 

La Tensión Emocional de los Demás que me Importaban a la que presté atención fue:

 

 

Mi Necesidad a Corto Plazo de tener Reconocimiento se basó en:

 

 

Otra forma de haber satisfecho mi Necesidad a Corto Plazo de tener Reconocimiento habría sido:

 

 

El Factor de Influencia del Entorno que consideré lo basé en:

 

 

Una forma de reducir el Factor de Influencia del Entorno habría sido:

 

 

Bueno, espero que hayas descubierto algunos de los cambios que podrías haber hecho. Pero ten claro que en aquel momento lo hiciste lo mejor que supiste. Ahora estás adquiriendo nuevas herramientas que te están permitiendo contemplar la realidad de otra manera. Por tanto cualquier juicio hecho en el presente sobre tu actuación en el pasado queda invalidado.

 








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