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Pascua y Todos los Santos: los cambios de estaciуnPor lo que se refiere a las tarjetas de visita que se envнan por correo, son legiуn: a finales de siglo, las oficinas postales de Parнs ven pasar mбs de un millуn el dнa primero de enero. Cuenta la condesa de Pange que escribнa y recibнa ella sola alrededor de cinco mil tarjetas de felicitaciуn… La Pascua —Semana Santa— es una fiesta importante, desde mъltiples puntos de vista. Desde un punto de vista religioso, en primer lugar, puesto que todo cristiano ha de “cumplir con la Pascua”, es decir, confesarse y comulgar en alguno de los dнas de la quincena pascual. Una comuniуn por aсo, con ocasiуn de la Pascua, es el mнnimum requerido por la Iglesia. La quincena pascual comienza con el Domingo de Ramos. Germaine de Maulny recordaba que, en tal dнa como йste, los niсos mбs pequeсos a los que se llevaba a misa portaban un rampaum o rampant, pequeсo ramo de boj cargado de caramelos, cintas, guirnaldas y regalos minъsculos, a fin de que se lo bendijeran. El Jueves Santo, por la tarde, su madre la llevaba a hacer las visitas por las iglesias de Limoges. El Viernes Santo les ordenaba, a su hermana y a ella, cubrir todas las imбgenes de santos que habнa en casa con telas color violeta. Y luego iban las tres en familia a recorrer el vнa crucis en la catedral. La Pascua es tambiйn la festividad de los huevos: golosinas en forma de huevos que se ocultan en las casas o en jardines para sorprender a los niсos, huevos duros teсidos de diferentes colores decorados a veces con acertijos y dibujos, que se sirven en el almuerzo, y sobre todo huevos que se usan para contener regalos. Porque la costumbre de hacer regalos por Pascua estuvo en vigor hasta la guerra. El comercio se apoderу de la forma del huevo para envases de objetos de todos los tipos, desde los soldaditos de plomo hasta las joyas. En abril de 1911, la revista Mon chez-moi nos da a conocer la moda mбs reciente: el huevo todo de flores, o bien un simple manojo perfumado, o bien un estuche florido para algъn valioso bibelot. Como resulta caro encargбrselo a un florista, el periуdico ofrece consejos para podйrselo hacer uno mismo. El dнa de Pascua seсala no sуlo la resurrecciуn de Cristo, sino tambiйn la llegada de la primavera. Se acude a misa en familia y, haga el tiempo que haga, se estrena ropa ligera. Si se prolongan el invierno y el frнo no se tiene en cuenta, ya que se trata de simbolizar el comienzo de la hermosa estaciуn. Las muchachas lucen sus atuendos claros y sus capellinas estivales de paja de Italia adornadas de margaritas y miosotis, como nos cuenta Germaine de Maulny. Este rito se ha prolongado hasta mediados del siglo XX entre la gente practicante. El cambio de estaciуn se salda, en la casa, con una semana de “limpiezas de primavera” con motivo de la Pascua. Se limpian y engrasan las palas y las tenazas antes de guardarlas hasta el otoсo. Se descuelgan las cortinas y tapices, y se los sacude, lo mismo que las alfombras, para quitarles el polvo. Se limpian los cuadros y se carda la lana de los colchones. Durante el siglo XIXno hay vacaciones escolares de Navidad. Sуlo los dнas 25 de diciembre y primero de enero son festivos. En cambio hacen su apariciуn las vacaciones de Pascua. Durante la primera mitad del siglo se interrumpen las actividades escolares, por motivos religiosos, los dнas de Jueves, Viernes y Sбbado Santos. Y en noviembre de 1859, las vacaciones se laicizan: se les concede a los alumnos de los liceos una semana entera de vacaciones, la siguiente al domingo de Pascua, por razones escolares y familiares. La Tercera Repъblica extiende a los alumnos de la enseсanza primaria las mismas vacaciones de Pascua de los de la secundaria. Por iniciativa gubernamental, tras un debate en el Parlamento, el 9 de marzo de 1886 se declaran dнas festivos legales el lunes de Pascua y el de Pentecostйs. El primero de agosto de 1892, las vacaciones se extienden a la semana que precede a la Pascua: la jornada escolar acaba el miйrcoles a mediodнa. La situaciуn se va aproximando asн a las dos semanas de vacaciones que tenemos en la actualidad fijadas mediante decreto de 18 de febrero de 1925. Las vacaciones de Pascua evolucionan durante el siglo XIX hasta convertirse en vacaciones de final de trimestre. Y las de Navidad se modelarбn a su vez sobre ellas. El decreto de agosto de 1892 prevй ocho dнas de vacaciones extraordinarias, cuya distribuciуn corresponde al director con el visto bueno, al comienzo del aсo, del consejo acadйmico. Si estos ocho dнas de vacaciones mуviles se fijan entre los dos dнas festivos del 25 de diciembre y el primero de enero, el resultado son unas autйnticas vacaciones reducidas. Lo que ratifica el decreto de febrero de 1925: los ocho dнas mуviles se reducen a dos, pero se fijan unas vacaciones de Navidad que van desde el 23 de diciembre al acabar la jornada escolar hasta el 3 de enero por la maсana. Desde 1925 es desde donde data, por tanto, la divisiуn en tres trimestres del aсo escolar. Y a Pascua se contrapone la festividad de Todos los Santos: al comienzo de la primavera, la entrada del invierno. Durante la segunda mitad del siglo XIXse extiende la costumbre de acudir en familia al cementerio, a visitar a los difuntos. Philippe Ariиs ha puesto de manifiesto cуmo se instalу durante esta йpoca el culto de los muertos, en completa oposiciуn con lo que habнa ocurrido un siglo antes. Al final del siglo XVIII se habнan cerrado los cementerios parisienses; en 1785 se destruyу el de los Inocentes en medio de la indiferencia general. Pero hacia 1850, la situaciуn se invirtiу. Para que resurgiera el interйs por los difuntos y se conservaran dentro de las ciudades, de Parнs en particular, los cementerios se conjugaron tres influencias. Los positivistas, por una parte, preconizaron el culto de los muertos como un elemento de civismo: “La tumba desarrolla el sentimiento de la continuidad en la familia, y el cementerio, el sentimiento de la continuidad en la ciudad y en la humanidad”, escribe Pierre Laffitte en 1874. Por otra parte, los catуlicos adoptan el culto a los muertos y lo defienden como si lo hubiesen practicado siempre. Actitud paradуjica, porque, un siglo antes, la Iglesia habнa sido en parte responsable del desafecto hacia los cementerios. Afirmaba entonces que los despojos mortales no importaban demasiado y que lo que contaba era la vida eterna. Finalmente, la ciencia no dejу de manifestar su punto de vista: se demuestra que no hay ningъn peligro en el hecho de que los vivos habiten en las proximidades de un cementerio y que las influencias mefнticas denunciadas un siglo antes no son mбs que supersticiones. El cementerio se convierte, a partir de 1850, en “objeto de visitas, en un lugar de meditaciуn”. En Ruбn, por los aсos 1860-1880, se multiplican los panteones familiares con sus construcciones funerarias suntuosas. La derrota de 1870 contribuyу a implantar la veneraciуn por los muertos y el culto a su memoria. En 1902, en Parнs, el dнa de Todos los Santos se cuentan en los cementerios 350.000 visitantes, o sea, mбs del 10% de la poblaciуn. Si el dнa de Pascua las damas y sus hijas solteras habнan estrenado sus atuendos claros, con ocasiуn de Todos los Santos volvнan a ponerse sus ropas de paсo oscuro, sus sombreros de fieltro, sus manguitos y sus botines. Se “vestнan de invierno”.   Что способствует осуществлению желаний? 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